El reciclaje de las palas eólicas se ha convertido en un desafío ambiental en todo el mundo, donde miles y miles de aerogeneradores están llegando al final de su vida útil. Hasta ahora, la mayoría de estas estructuras terminaban en vertederos debido a la dificultad de reciclar la fibra de vidrio y la resina epoxi con las que están fabricadas. Sin embargo, la Unión Europea ha comenzado a tomar medidas con una nueva normativa que prohibirá el envío de palas a vertederos a partir de 2025, impulsando el desarrollo de tecnologías de reciclaje más eficientes.
Empresas del sector ya están explorando soluciones como el coprocesamiento en la industria del cemento o la reutilización de materiales en otros sectores. Una de ellas, «la única en España y la tercera en Europa», puntualiza su gerente, se encuentra en el Polígono Industrial Tuduero de Tudela de Duero. Después de toda una vida dedicada a la fabricación de muebles y cocinas, Francisco Javier Perteagudo Sanz, natural de Valladolid, decidió dar un giro de 180 grados y crear Perteagudo de Paz Industrias IDE S.L.
A través de Javier Gracia, director del área de Participadas de Caja Rural Soria y presidente de la Asociación de Promotores de Energía Eólica de Castilla y León (APECYL), ha puesto en marcha la primera empresa del país que, en los próximos meses, comenzará a reciclar las palas eólicas. Estas estructuras se convertirán en su materia prima para desarrollar piezas y mobiliario para el hogar y para las industrias, utensilios y multitud de objetos. Su objetivo es muy sencillo, dar una segunda vida a este material. «Hemos solicitado y nos hemos integrado en la gestión de residuos para permitirnos la recepción y manipulación de las palas y estamos trabajando con la Junta para los trámites necesarios», añade el empresario.
No solo contará con el apoyo de Caja Rural Soria, sino también con Naturgy. Y es que ambas compañías se han unido para crear AERA Wind; la primera empresa española dedicada al desmantelamiento y reciclaje integral de parques eólicos, ubicada en el parque solar de Almazán. Esta entidad será la encargada de abastecer a Perteagudo de material para trabajar. «Vamos a hacer todo tipo de muebles. Desde sillas, hasta mesas, bancos de trabajo, lavabos, barras, lámparas, maceteros, botelleros, abrevaderos, hamacas, etc. Haremos todo lo que podamos. Influye la función creativa», menciona.
Para poder desarrollar este proyecto, Francisco ha adquirido siete naves anexas a la que ya disponía en la calle Adaja. «Hemos calculado que acabaremos siendo unos veinticinco trabajadores y nuestros clientes son fuertes como ayuntamiento o empresas grandes. Además, vamos a tener tres camiones viajando para recoger palas», expresa.
La ubicación de esta empresa en Tudela de Duero ha sido una «mera coincidencia». «Estas naves eran, relativamente, más económicas. A los precios que se están vendiendo las naves en Valladolid, esto sería inviable», asegura Perteagudo; quien también espera que su llegada al polígono se convierta en un efecto llamada para otras empresas. «Nosotros estamos buscando alternativas con el Ayuntamiento de Valladolid. Nos han ofrecido un polígono dormitorio del Polígono San Cristóbal», asevera. Sin embargo, no ha resultado tan sencillo. «Nos han dicho que para el polígono no hay fondos europeos, así que tampoco hay ayudas para nosotros», añade el empresario. «Lo propusimos hace cuatro años y nos dijeron que no era totalmente viable», manifiesta Perteagudo.
Reducir la huella de carbono, sin duda, es una de las mayores ventajas del reciclaje de palas eólicas. Pero además, se logrará reducir los residuos, pues estas no terminarán en vertederos; supone un ahorro en recursos naturales y se fomentará la economía circular, pues los materiales recuperados podrán emplearse en otros sectores como en la construcción o en la fabricación de nuevos productos.
«Tengo en la cabeza un montón de ideas y hay un proyecto muy bonito con el tema de muebles», indica Francisco. Por el momento tan solo son cuatro trabajadores en la fábrica, aparte de otra empresa auxiliar que ya está encargándose de la demolición. «Estamos ya con las primeras pruebas. Llevo dos meses y medio prácticamente en pleno funcionamiento. Estamos a expensas de unos permisos de la Junta de Castilla y León», puntualiza.